Introducción
En el ámbito empresarial, la contratación de seguros no solo es una obligación legal en muchos casos, sino una estrategia fundamental para la continuidad operativa frente a riesgos. Sin embargo, muchos responsables de riesgos, gerentes y administradores desconocen cómo se calcula realmente la indemnización tras un siniestro.
Conceptos como la regla proporcional, la regla de equidad y la concurrencia de seguros son principios técnicos recogidos en la Ley de Contrato de Seguro, que pueden tener un impacto significativo sobre el importe indemnizable, incluso en pólizas aparentemente bien contratadas.
Regla proporcional: el impacto del infraseguro
Este principio se aplica cuando el capital asegurado es inferior al valor real del interés asegurado, lo que configura una situación de infraseguro. La aseguradora, en este caso, no cubrirá el 100% del daño, sino una parte proporcional al capital asegurado.
Fórmula:
Indemnización = (Capital asegurado / Valor real) x Daño real
Ejemplo:
Una empresa asegura su inventario por 500.000 €, pero el valor real del mismo asciende a 1.000.000 €. En caso de siniestro parcial con daños de 200.000 €, la aseguradora aplicará la regla proporcional:
(500.000 / 1.000.000) x 200.000 € = 100.000 €
Consecuencia: La empresa asumirá la diferencia no indemnizada por haber declarado un capital inferior al real. El riesgo de infraseguro técnico es habitual en bienes muebles, maquinaria, existencias y activos con alta depreciación o rotación.
Regla de equidad: la importancia de la correcta declaración del riesgo
La regla de equidad se activa cuando, durante la contratación, el tomador del seguro ha facilitado información inexacta o incompleta que altera significativamente la evaluación del riesgo. En tal caso, la aseguradora puede recalcular la prima que habría aplicado y ajustar proporcionalmente la indemnización.
Fórmula base:
Indemnización ajustada = (Prima pagada / Prima que se debió pagar) x Indemnización original
Ejemplo:
Una empresa contrata un seguro de responsabilidad civil declarando que sus instalaciones cumplen con ciertas medidas de seguridad que en realidad no están implementadas. En caso de siniestro, si la prima real habría sido un 25% superior, la indemnización se reducirá en la misma proporción.
Consecuencia: Puede haber una disminución relevante en la cobertura. Además, si se demuestra dolo o negligencia grave, la aseguradora podría incluso denegar el siniestro conforme al artículo 10 de la Ley de Contrato de Seguro.
Concurrencia de seguros: doble aseguramiento, reparto de responsabilidad
La concurrencia se produce cuando un mismo interés, frente a un mismo riesgo y durante el mismo periodo de cobertura, está protegido por dos o más pólizas distintas. En este escenario, no se produce una duplicación de indemnización, sino un reparto de la obligación entre las aseguradoras implicadas.
Fórmula de reparto:
Indemnización por aseguradora A = (Capital asegurado por A / Suma total asegurada en todas las pólizas) x Daño real
Ejemplo:
Una empresa tiene asegurada su oficina con dos pólizas: una por 300.000 € y otra por 200.000 €. Sufre daños por valor de 100.000 €. El reparto sería:
Póliza A (300.000 / 500.000) x 100.000 € = 60.000 € Póliza B (200.000 / 500.000) x 100.000 € = 40.000 €
Consecuencia: Si las aseguradoras no han sido informadas de la existencia de otras pólizas, pueden surgir conflictos de cobertura, retrasos en el pago y controversias jurídicas. La Ley obliga al tomador a informar sobre otros seguros existentes sobre el mismo riesgo.
Impacto real en la gestión empresarial
Para empresas, colectivos profesionales, cooperativas o asociaciones, el desconocimiento o la mala gestión de estos principios puede implicar una pérdida económica sustancial, justo en un momento de crisis operativa. Una incorrecta valoración del capital asegurado o una omisión técnica en la declaración de riesgos no solo reduce la indemnización: puede comprometer la viabilidad misma del negocio tras un siniestro.
Además, estas situaciones suelen descubrirse solo después del siniestro, cuando ya no hay margen de corrección.
Recomendación técnica
La solución pasa por:
- Realizar auditorías de seguros periódicas.
- Valorar los activos asegurables de manera actualizada.
- Declarar el riesgo con precisión técnica y documental.
- Coordinar todas las pólizas contratadas para evitar duplicidades o solapamientos.
Estas tareas deben estar supervisadas por un corredor de seguros con experiencia empresarial, que pueda identificar riesgos latentes y ajustar las pólizas para garantizar una protección real.
Conclusión
En materia de seguros, el detalle técnico sí importa. Un error en el capital asegurado o en la declaración de riesgo puede costar cientos de miles de euros a una empresa. Por eso, no basta con tener un seguro: hay que tener el seguro correcto, en las condiciones adecuadas y con una gestión profesional del riesgo asegurado.
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